NACIDOS SIN LUNA
Quedaron a la hora en que abren los burdeles,
las farolas encendidas
el mundo acostado.
A lo lejos sombrillas azules
como recuerdos sin pasado
de una ciudad dormida,
son soldados sin guerra,
soldados solitarios
nacidos sin luna.
Arboles anclados
dunas entre ellos
y el beso que nos dimos
sin temperatura ni olvido.
Huellas y pisadas
en arena crujiente,
caricias de la tierra
en habitación que
espera al poeta
con verbos dormidos
sobre sábanas frías
y sol enjaulado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario