Y CALLAN
La escalera de caracol se
adosa a mi corazón
surgen palabras, versos por descubrir,
senderos envueltos en
papel de azafrán
ante la sorpresa de quien
todo espera y nada desea.
Las sonrisas de letras
embriagadas
se vuelven semáforos
ámbar que todo lo dicen
y callan.
Tomo de ellas el calor de
los versos dormidos
sobre el regazo de brazos
pacientes
que acarician senos
amparados en la locura,
noches incompletas y
besos perdidos.
Dos gotas de lluvia se
deslizan en el cristal
corren, vuelan anidando
una noche de pasión
y callan.
Bajo los escalones al
ritmo descuidado de notas confusas
mientras los versos
olvidados sobre la espuma de mi cuerpo
hacen suyas las letras
pacientes
entre sueños soñados.
De la tierra un verbo fundido
en ramas de acero,
de los campos
somnolientos los difusos lienzos
y callan.
Cambio siete pétalos de
rosa por un domingo ajeno,
una alcoba dormida y una
canción gozosa
por unos ojos asombrados
y la ignorancia de un
bebé.
Partieron en ola conspiradora
junto a mi partitura,
versos silenciosos que
aclaman
y callan.
Acunas mis sueños en
figuras como alfarero
mientras crecen espigas
de oro por tus manos sin frontera,
busqué tu rostro y
encontré una taza de café
que perdió su cucharilla.
Caen desconsoladas en el
alféizar
aliñando mis horas de
resurrección fingida
y callan.
Suenan sirenas de
madrugada entre bocinas
mientras un cigarrillo
ilumina la calle.
Una flor sin reverso y un
verso sin estrofa se mofan.
Ascensor sin pisos para
en el entresuelo.
Y callan.
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